Martes 13

Mañana es Martes 13, un día considerado de mala suerte en muchas culturas populares y también impopulares alrededor del mundo -por lo general acá no se le da importancia, ni al martes 13, ni al viernes 13; domingo 7 si es otra cosa-.

A mi nunca me han causado nada malo, ni nada bueno. Siempre han sido dias normales, comunes y corrientes. No ha sido un día fatídico, pero tampoco uno de bonanza.

Curiosamente mañana se define si buena parte de lo que en estos últimos cuarto meses y medio hice (¿o deje de hacer?) valió la pena. Falta muy poco, tan pero tan poco para dar por satisfecho mi irregular desempeño, mi déficit de atención -o falta de la misma- y mi poca voluntad para avanzar. Como siempre, termino sintiéndome así. No se confundan: ahora estoy bastante bien (?)

Y en las últimas temporadas he tenido que dejar varias cosas atrás (como mi cuenta de Last.FM, ninguna aplicación me deja enviarle temas ya, faltando poco para los 50 000 temas en casi tres años), ando algo salido, con ganas de dormir y de, bueno, nada más. Ah, si, siempre la misma maldita duda que me asalta cada vez que se acaba el semestre -y durante las vacaciones que le siguen-, si realmente estoy haciendo de mi vida lo que quiero...

Mañana supongo que me irá bien a pesar que no hice nada para que así sea. En todo caso, no pido suerte porque la que reciba tal vez no sea de la que necesito -ver título-. Lo que quiero es terminar ésta parte del año de una buena vez y dedicarme a otras cosas. Manejar bici, aprender unas cosillas que voy a necesitar en la segunda parte del año, tocar batería en mi nuevo proyecto y seguir cantando en el que vengo desde hace cierto tiempo -no muy bien pero algo es algo ¿no? Deberían escuchar mis comienzos.

Y bueno, para terminar el post pongo (al fin) una muestra de lo que vengo haciendo los sábados a las 2 desde Semana Santa. Disculparán mi voz, estuvimos de para dos semanas por horarios ocupados.